ONDAS y DiVAGAS


  Como aquel farero ciego del DE PROFUNDiS volando una cometa papalota, cuyo aterrizar indica cuándo encender al faro gracias a la calma chicha, tan de sobra conocida por cuantos veleamos a la mar: el Sol cobijado bajo el manto nocturno, amaina al Viento para dormirse y vuesa merced a la merced de corrientes donde flotáis, coreografiadas por Sirenas desde los Arrecifes. Las más veces el Sol ronca dormido y espanta al Viento en dirección opuesta: pero otras no y vuesa merced necesita remar los remos rumbo al puerto del Faro encendido y a la merced de vuesos brazos pende vuesa Vida entera, siempre y cuando las Sirenas quieran corear en suavecito.
  Más asombra vuesa incapacidad humana, la necesidad -la necedad diría yo- de super héroes, extraña mezcla de miedo con esperanza, de mutantes con extraterrestres, antiguamente llamados deidades y universalmente zoomorfos. Como aquellos indios que ni sabían eran indios adonde viendo al Cortés miraron Centauros Barbados, mediante trágica profecía que estratégicamente excluía pólvora y muerte. No es la Cruz sino los filos que calan al empuñarla como Espada y como dueños del Oro sois menos que desalmados animales: ayer por Paganos y hoy por Terroristas, esclavizados andáis bajo Centauros Barbados desde aquellos ayeres.
  Así como hoy es cruzar a Marte antiguamente era cruzar a la Otra Ribera, viaje sin regreso con todas vuesas posesiones como bagaje, anque sin la penitencia de beber vuesas excreciones por el camino: una moneda pa’l boga era más que suficiente. Los Sacerdotes cobraban previamente vueso derecho de vía en Oro y Oro os siguen cobrando hoy, tanto la NASA como los Padres curas que ni curan nada.
Menos mal qu’este Huérfano nació Bastardo y bebe Márago Gipe bajo la tutela de Mórrígan.

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