LAS RAíCES DEL CAZAHUATE

PREÁMBULO

 Con la clausura del Multiplyca naiden detuvimos al pasado, nos desperdigó. Tanto haber publicado por años y de repente, aquel presente nos dió una cachetada como patada n'el cu.. digo: ¡¡n'el glúteo!! Lo peor sería repostear de aquellas jaurías, azañas irrepetibles que ya fueron.


 Soloco Lobo Audaz (el último lobo que me adoptó: vino del monte herido, desgarrada la piel de cuello y cabeza, como si una trampa destrozó su manto al soltarse) trepó la reja con 2 mt. de altura para entrar a la Hacienda y cuando lo ví escondido ahí abajo de los sillones afuera del consultorio de Vicky, miró profundamente mis intenciones por si le tenía miedo o aversión. Sostuve su mirada sin retarlo ofreciéndole agua (aquello de la hidrofobia, no vaya a ser) y nació ése cariño tan ilógico y sensacional de a primera vista, como todos los bichos que me adoptan. Tomó el puesto de copiloto en mi Perica Verde (Combi VW).

 Pasados 6 años en camaradería, la vida de Soloco por ésta Ribera llegaba a su término; luchó para seguir acá ¿cómo iva a abandonarme en éste mundo cruel? Acostadito sobre mi muslo en la alfombra de mi recámara, ni podía comer apenas beber, lo ayudaba al jardín para hacer sus cositas. Dos días pasaron con 500 noches cada uno, cuando dialogué con Soloco que descansara, que en la otra Ribera lo necesitaría como guía, que pronto me reuniría con él (con 72 años me faltan otros 20 a lo más) y mirando mis pupilas como aquél primer día, suspirando profundamente se relajó al fin mientras sus ojitos (¡y los míos, joer!) se opacaban, sin dejar ninguna cosita desagradable sobre l'alfombra ¡¡elegante hasta su última morada el Lobo Galán!!


 Enterré a Soloco Lobo Audaz entre las raíces de nuestro Cazahuate, junto a Sique la Rodesiana su última pareja. Todas las mañanas de 8 a 12, Blancanieve nuestra gatita enamorada del gran Lobo Audaz, miraba la tumba abajo del Cazahuate, escuchando el canto de calandrias y cenzontles en concierto con loros en batahola (ya ven cuán escandalosos son) y maullaba su ausencia cuando me sentaba ahí juntito a compartir nuestro duelo. Durante meses escuché trotar a Soloco tras de mí por el pasillo de arriba y al llegar a mi recámara, Blancanieve le ronroneaba: sus ojos de gata veían mejor que atrofiados ojos humanos por tanta luz eléctrica.

 Meses después, José Luis me invitó al hotel Arcoiris en el avión paracaidista, desde Cuautla a Puerto Escondido y acepté. Ese mero día una turbina del avión perdió potencia y viaje cancelado. La Perica sugirió que ahogáramos nuestras penas en el Abrevadero de los Dinosaurios (hoy desaparecido: ahora Tepoztlán es Pueblo Mágico ..¡¡para turi$ta$!!.. sin Graniceros ni curanderos: puro charlatán que parla el "nama$té" vestido de hindú) y p’allá juimos, trocando Mares por Montañas. Ya anochecía cuando me avisaron de un Labrador Negro abandonado por el Mercado, con tamaño de mastín napolitano y servía como nana y caballito para todos los nenes: le decían Popeye.


 Comíamos tacos del quiosco con otros dinosaurios cuando llegando el monstruoso bicho me miró, la Perica abrió su corrediza y subió al puesto del copiloto hasta la Hacienda, tranquilo y encantado con el viaje. Lo llamé Iván el Terrible (en honor a mi Capitana la Terrible) y Soloco dejó de seguirme por el pasillo hasta mi recámara, contento y libre de galopar explorando la Otra Ribera sin más pendientes ya por ésta. Blancanieve dejó de visitar al Cazahuate y como la Perica, ambas enamoradas de Iván.

 Cuatro años después, migró Iván a la Otra Ribera y también reside en las raíces del Cazahuate. Mi vet (los lobos tenemos veterinario) trató de mantener a Iván por acá, mas cuando llega mi Morena Hada Ángela a trabajar, no es para oir mis historias y descansar un poco nada más. Mi vet recién había operado y desparasitado a una Cherry Golden Retriever que buscaba hogar. A los dos días un telefonazo y que me esperaba la Golden llamada Cleopatra, en su consultorio veterinario para conocerme. Al momento que llegué pensando que nadie ni nada reemplazaría a mi camarada Iván, Cleopatra se acercó para darme la patita y mirarme profundamente con cara huérfana. Cosió mi roto corazón que la Perica abriera la corrediza y Cleopatra ocupara el puesto de copiloto. La Hacienda nos recibió a flores abiertas con aves gorjeadoras.


 BlancaNieve fué la primera gatita entre tres, que adoptó a Cleopatra. Dejó de visitar la tumba de Iván cada mañana, de 8 a 12, la doblemente viuda. Las otras gatitas siguieron su ejemplo y de nueva cuenta en Hacienda Armonía somos jauría feliz. Hace poco, un cáncer se llevó a Blancanieves hacia la Otra Ribera. Reside abajo del Cazahuate con Sique, Soloco, Iván y varios, varios gatitos más.

EPíLOGO


  José Luis también navegó hacia la Otra Ribera: no le tocó entierro abajo del Cazahuate sino estar en mi corazón ¡condenado Mazo!


 Repetir pasados que ya fueron en éste presente con nuevos cánidos, otros felinos y hasta arácnidos de varias generaciones después, es tan nada fácil porque invade la incongruencia.

 Exporté a Blogger más de 200 entradas del Multiplyca y 60 resultaron en presente actual, nada más. Mi computadora más moderna y más rápida, herencia de Álex m'hijo, permite narrar más y más novedades actuales. Empecé a escribir con "la Pavilion del General" de 1997 y sigo escribiendo con "la Pavilion del Chef" Álex, de 2006 (y ahora, en la "Notebook de 2016" que me regaló la Navidad pasada). Entre pabellones usados los años volando ván, actualizando al eternamente fugaz Presente. Total, si a la memoria se la llevó el Rayo, ¿acaso era mía?

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